Recuperar tu vida deportiva

4 Claves para recuperar tu vida deportiva

Hoy vamos a hablar de ti, que has sido deportista “toda la vida” y hace mucho mucho tiempo que estás “parado/a” y ahora te has dado cuenta de que a tu cuerpo le vendría muy bien practicar actividad física, con lo que has comenzado a hacer ejercicio. Es decir, atentos todos y todas aquellas que os hayáis alejado de vuestra condición física “óptima” y, por tanto, también alejados/as de vuestra satisfacción con vuestro cuerpo y con vuestro tono, y que ahora os entran urgencias por recuperar el tiempo perdido. 

Los deportistas, independientemente del nivel competitivo o de rendimiento, desarrollamos una mentalidad deportiva que, normalmente, relaciona diferentes dimensiones de nosotros/as mismos/as. Relaciona la capacidad con la expectativa, relaciona la satisfacción con el aprendizaje y con resultado, las creencias y la autoestima con la ejecución de las tareas… por tanto, te ayuda a leerte y a conocerte.

Bien, pues, cuando muchos deportistas hemos tenido esa mentalidad deportiva, estamos acostumbrados a sentir nuestro cuerpo y sentir “la capacidad”, sentir cómo nuestro cuerpo respondía ante determinadas tareas, ante determinados retos deportivos, y resulta que ahora nos encontramos en un cuerpo que no reconocemos (en sentido deportivo, claro). Tu mente se hace unas aspiraciones, rescata del recuerdo la motivación que tiene esa adrenalina de sudar, de esforzarse, de poner tu físico en un punto para lograr un objetivo, una tarea. Pero resulta que tu cuerpo no responde como antes. Y entonces parece que sea algo así como un romance no correspondido entre tu cuerpo y tu mente, donde uno de los dos elementos, si no consigues llevar el proceso con equilibrio y autoconciencia, se va a acabar mudando de casa. 

O bien empiezan a aparecer lesiones (desde una contractura o una rotura de fibras, hasta esguinces o roturas ligamentosas) o bien se esfuma la motivación, aparece la frustración, o la pereza, y tu cabeza ya no te acompaña en este cambio de hábito que tan decididamente habías emprendido.

Por eso, en este proceso de “reincorporación”, es muy importante que tu mente te acompañe de una manera adecuada:

1.- Aprende de nuevo a leer y escuchar tu cuerpo “de ahora” y marca tu “cuerpo de antes” sólo como un referente;

2.- Planifica y visualiza un adecuado proceso e hitos de control y seguimiento;

3.- Ve adaptándote, en su caso, a tu evolución y a la respuesta de tu cuerpo, sin prisa;

4.- Disfruta simplemente de haber vuelto a activarte.

En este tema, y más en los tiempos que vivimos, vale más la pena afianzar un hábito de actividad física, que conseguir rápidamente tono, potencia y/o capacidad corporal.

Usa la cabeza para poner tu cuerpo en forma.

Publicado en periódico LA VOZ DE TU COMARCA (5-11-2020) http://www.lavozdetucomarca.info

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